Te vengaré, Padre. Te salvaré, Madre. Te mataré, Fjölnir.
En la tierra del norte, entre heladas montañas y ríos de fuego, toma lugar la historia de Amleth, hijo del rey Aurvandil Cuervo de Guerra. Cuando su padre es asesinado por su tío, Fjölnir, y su madre es raptada para ser su nueva reina, el joven Amleth huye, jurando volver para vengar a su padre, salvar a su madre y matar a su tío.
"El Hombre del Norte es una película profundamente religiosa"
SHAKEsPEaRe-ESCO
Esta es una tradicional historia de venganza, de proporciones Shakespearianas, pero también es parte de la leyenda y folklore de Dinamarca; y la historia que inspiró el texto de Hamlet. Es, además, la más reciente película de Robert Eggers, uno de los cineastas más interesantes trabajando hoy en día. Sus películas, todas empapadas en mito y folklore, son muy fidedignas a los tiempos y mitos que cuentan, con pocos compromisos hechos para audiencias modernas. El Hombre del Norte no es la excepción. La historia es sencilla y directa, pero este no parece ser el enfoque principal de Eggers, la historia es más bien una excusa para mostrarnos los diversos ritos que esta gente llevaba, la forma en la que vivían, los dioses que veneraban y la forma en la que se comunicaban, en más de un sentido, El Hombre del Norte es una película profundamente religiosa, los personajes toman sus decisiones con base en las revelaciones divinas que reciben, o lo que sus ritos religiosos indican, todos están marcados por un inescapable destino, elaborado por las Nornas. Los rituales son extraños para un extranjero que los observa desde el futuro, pero este es uno de los motivos principales por los que voy al cine, para experimentar tiempos y culturas que de otra forma no me hubiera sido posible. Aunque considero que este compromiso que tiene la película de hacer una representación lo más fidedigna posible de la cultura nórdica, he de reconocer que esto también puede resultar alienante para algunos, y la película es más disfrutable si se tiene un ligero conocimiento de la mitología nórdica y sus dioses.
Una tierra perdida entre el hecho y el mito
El Hombre del Norte también es una película crepuscular, transita entre mundos, entre el hecho y el mito, lo textual y lo subtextual, lo real y lo onírico. Es difícil saber lo que en realidad está sucediendo en algunas ocasiones, pero eso es uno de sus principales atributos, ayuda a que la película se sienta mitológica, y en algunos momentos, pagana, como un texto prohibido que se temía perdido, cuyos secretos están siendo revelados. Un ejemplo de lo anterior es Draugr, la espada que Amleth necesita para llevar a cabo su venganza, que solo puede ser usada en la noche o bajo la sombra de las puertas de Hel.
"El Hombre del Norte se siente como un gran poema heroico, en línea con algo como Beowulf"
Como mencionaba al inicio, esta historia es la inspiración de Hamlet, y el diálogo es adecuadamente Shakespeariano. Los personajes sienten el impulso de narrar sus acciones o explicar sus decisiones. Es la convicción que tiene el elenco al entregar estas líneas, sin una gota de ironía, que hace que algo que podría ser cursi se vuelva poético y, en sus momento más intensos, épico. Entre la dedicación de la producción de conservar la historia auténtica y la entrega total del elenco a este mundo, El Hombre del Norte se siente como un gran poema heroico, en línea con algo como Beowulf. De hecho, está dividida en capítulos, que aparecen escritos en la pantalla en runas. Por su parte, la cinematografía es espectacular, plagada de increíbles paisajes de Islandia que ayudan a exaltar el aspecto épico de la película. Sin embargo, el aspecto más impresionante de la cinematografía son las escenas que toman lugar de noche, o en interiores, únicamente iluminados por las tenues llamas de una fogata, que, aunque en ocasiones pueden ser muy oscuras, esto ayuda a mantener el tono de la historia, cualquier otro tipo de iluminación se sentiría falso, artificial, fuera de ese mundo.
"Por su parte, la dirección de Eggers es sumamente disciplinada"
Como había mencionado previamente, todo el elenco está comprometido con la historia y con la visión de Eggers, pero es Alexander Skarsgård, entregando una de las mejores actuaciones de su carrera, como el príncipe Amleth quien más me sorprendió. Su actuación es simple, pero efectiva, que demanda un delicado balance para no sobreactuar los momentos más intensos, pero con suficientes matices para vender los momento más íntimos y emocionales. Skarsgård entrega en ambos frentes, su transformación de un hombre brutal, más animal que persona, a alguien digno de ser rey se siente real y natural. Ethan Hawke también entrega una buena actuación en un papel breve y Nicole Kidman es inmensamente disfrutable, sabe exactamente el papel que está interpretando y entrega con creces en los momentos esenciales.
¿No escuchas los tambores de guerra ladrar?
Desde un punto de vista técnico, la película es impecable, el diseño de sonido en particular es destacable, desde el agresivo retumbar de los tambores de guerra que sacuden todo el cine en un grito de guerra, transformando las escenas de batalla en y los momentos que llevan a estas en secuencias verdaderamente espectaculares. Por su parte, la dirección de Eggers es sumamente disciplinada, su movimiento de cámara es en muchas ocasiones espectacular (dos tomas continuas en particular vienen a la mente), pero nunca da la impresión de que el cineasta quiere presumir su proeza técnica, sino que todo parece estar en servicio de la historia, pues considero que una dirección más estilizada sería en detrimento de la narrativa.
Conclusiones
En conclusión, El Hombre del Norte es un trabajo admirable por la integridad del artista de poder contar la historia en sus méritos. Es, también, una película iracunda, bañada en sangre que no trata de modernizar su historia para las audiencias, sino que nos pide contemplar, por el plazo de su duración, a estas personajes, la forma en la que vivían, los ritos que llevaban, las religiones que practicaban y los mitos que creían. Hoy en día, muchos directores han tratado de contar historias medievales épicas, pero pocos han tenido éxito (como un ejemplo tenemos The King de David Michôd y Outlaw King de David Mackenzie), pues batallan en contar historias con una narrativa clásica, desde una perspectiva postmoderna. De alguna forma, parece ser que Robert Eggers ha encontrado la clave para contar este tipo de historias clásicas de manera exitosa. Así, El Hombre del Norte en un gran ejemplo de la importancia que los mitos tienen en nuestra vida, y la necesidad de interpretarlos más allá de un nivel textual.
Si disfrutaron de esta película también les recomendaría ver The Green Knight de David Lowery; y, si quieren saber más de la mitología nórdica, les recomiendo el libro Norse Mythology de Neil Gaiman.
Título Original: The Northman.
Dirección: Robert Eggers.
Guión: Sjón & Robert Eggers.
Elenco Principal: Alexander Skarsgård, Nicole Kidman, Anya Taylor-Joy, Claes Bang, Ethan Hawke, Willem Dafoe.
Dirección de Fotografía: Jarin Blaschke.
Edición: Louise Ford.
Diseño de Producción: Craig Lathrope.
Música: Robin Carolan, Sebastian Gainsborough.
Año: 2022.
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