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Writer's pictureEl Alquimista

Comunicándose Con El Futuro: Un Análisis de Tenet

Updated: May 8, 2022

Este análisis de Tenet contiene spoilers, incluyendo el final de la película.



En 2020, Christopher Nolan lanzó su más reciente película, un thriller de espionaje, con elementos de viajes en el tiempo, protagonizada por John David Washington. Los tráilers eran crípticos (como es tradición con Nolan), la escala se veía inmensa y la trama era un misterio. Sucedió la pandemia, la película se estrenó y… fue una decepción, tanto en crítica como en taquilla. La trama (y el diálogo) eran prácticamente incomprensibles, ni siquiera los actores estaban cien por ciento seguros de que se trataba la película.

Para muchos, este era el resultado de Nolan sucumbiendo ante sus peores tendencias, un ejercicio en el espectáculo, plagado de diálogo expositorio, y una trama pretenciosa sin carácter. Pero, a casi dos años de su estreno, vale la pena preguntarse: ¿Qué carajos quería decir Nolan con esta película? En este análisis trataré de dar respuesta a esta pregunta, pero me enfocaré en términos cinemáticos y no en la trama como tal, por lo que no exploraré el “Cuadro de Rotas”, una de las piezas de este rompecabezas de película que les recomiendo investigar.


Siéntelo, no lo entiendas


Tenet está plagada de contradicciones, por una parte, parece que el interés de Nolan era hacer una película de acción pura, al estilo de Mad Max: Fury Road, pero en lugar de seguir el ejemplo de George Miller y elegir una trama tan simple que es prácticamente inexistente, permitiéndole desarrollar a los personajes y el mundo en medio de la acción y el espectáculo, Nolan tomó la ruta opuesta, construyendo una trama tan densa y complicada que, en muchas ocasiones, ni siquiera vale la pena prestar atención, pero este enfoque en la trama y el diálogo expositorio también se contrapone con la misma filosofía de la película: "Siéntelo, no lo entiendas". ¿Pero, qué es lo que debemos de sentir? El sentimiento principal que tiene la audiencia al experimentar la película por primera vez parece ser “confusión” y los personajes, con la excepción de Kat (Elizabeth Debicki), son tan superficiales que es difícil crear un vínculo emocional con ellos, al grado que el Protagonista (John David Washington) ni siquiera tiene un nombre como tal.



Para entender qué es lo que Nolan quiere que sintamos, considero necesario empezar con una de las piezas principales de la trama: el torna-estilo, una máquina que existe en el futuro y permite cambiar la entropía de los objetos y las personas, permitiéndoles moverse en contra de la aguja del tiempo, en pocas palabras, avanzar hacia el pasado. Debido a esto, uno de los objetivos de Nolan es traducir, de forma cinemática, este concepto ¿Cómo es que logra traducir este concepto tan complicado al lenguaje cinemático? ¿Lo hace de forma exitosa?


Una de las principales herramientas cinemáticas que Nolan usa para transmitir este concepto es el uso del color. En el universo de Tenet los objetos marcados con rojo se mueven adelante en el tiempo, mientras que los objetos marcados con azul caminan hacia el pasado. Entonces, siempre que esté el color azul en presente sabremos que hay algún elemento invertido en la escena, y cuando haya un elemento rojo, la trama está avanzando ordinariamente en el tiempo, sencillo ¿cierto? Siguiendo esta lógica, lo más razonable sería que el color azul fuera introducido en la película cuando el Protagonista descubre el concepto de la “inversión”. Sin embargo, el color azul es introducido desde el inicio, en la Ópera, pero también el rojo.




¿Qué carajos quería decir Christopher Nolan con esta película?


Es en el punto medio de la trama, cuando el Protagonista y Neil roban lo que creen que es plutonio, donde nos enteramos que la organización de Neil trabaja con cuatro equipos: verde, amarillo, azul y rojo. Esto significa que, cada vez que alguno de estos colores está en pantalla, uno de estos equipos está operando. Volviendo a la secuencia inicial, el rescate de rehenes en la casa de Ópera, si la observamos a detalle no solo los colores rojo y azul están presentes, sino, además, el blanco, el amarillo/dorado, y el negro. Si analizamos a detalle cada escena, cada cuadro de la película, nos percatamos que todos estos colores están presentes, unos más predominantes que otros, ya sea que adornen parte del escenario o el vestuario de los personajes o, inclusive, en la paleta de colores de la escena, por ejemplo, la paleta de colores de la secuencia final en el yate es predominantemente blanca, con un poco de rojo, amarillo y negro.


En esta escena, los personajes visten principalmente de blanco, mientras el azulejo del piso es blanco, azul y rojo, y la tubería es azul.


Esto significa que múltiples equipos están trabajando al mismo tiempo, todo el tiempo. Este concepto es introducido en el texto de la película después de la escena de la interrogación, donde Ives (Aaron Taylor-Johnson) le explica al Protagonista que Sator ejecutó una “Pinza temporal”, donde un equipo se mueve de forma normal en el tiempo, y otro está invertido, moviéndose hacia atrás en el tiempo, pero esto no significa que un equipo opere antes que el otro, sino que ambos están actuando de manera simultánea. Así, el color es un símbolo cinemático utilizado por el cineasta para transmitir una idea: todo está sucediendo al mismo tiempo, de forma no lineal.


Esto es explicado de forma textual a manera de exposición por Ives, pero también es presentado de forma visual a lo largo de la película, no solo con el uso del color. Un ejemplo claro de esto, de nueva cuenta, es la escena de la interrogación, donde el personaje de Sator (Kenneth Branagh) está invertido e interroga al Protagonista con respecto al plutonio que acababan de robar. La primera vez que vemos esta escena la experimentamos desde el punto de vista del Protagonista, la segunda vez la vivimos desde el punto de vista de Sator. Esta secuencia es un ejercicio en demostrar una de las tesis de la película: la no linealidad del tiempo. Nosotros experimentamos el tiempo de forma lineal, porque es la única forma en la que podemos hacerlo, pero el ejercicio es tratar de transmitir ese mensaje, que el tiempo se puede mover en cualquier dirección. Nolan logra, de esta forma, crear una película que parece más bien un mosaico de tiempo, una serie de secuencias que pueden ser experimentadas con independencia del resto, en el orden que se prefiera, pues no afecta la estructura en general, el principio es final, el final el principio, y el clímax está en medio. Esto es un gran logro narrativo.


De esta forma, no podemos “entender” Tenet si únicamente nos enfocamos en su “trama”, el texto es deliberadamente oscuro, por eso es necesario “sentir”, en lugar de entender. Es a través de herramientas cinemáticas, como el uso de color, que Nolan revela sus verdaderas intenciones, así como el significado de la película. El ejemplo más importante de esto es Kat, aunque los colores que hemos mencionado con anterioridad se encuentran presentes a lo largo de toda la película, solo un personaje usa todos al mismo tiempo: Kat, la esposa del oligarca ruso Sator, y posiblemente la madre de Neil. Al final, su atuendo blanco está adornado con flores que tienen los colores de todos los equipos. Aquí, Nolan nos dice, por medio del color, que es Kat quien es la clave de la película, no el Protagonista, tampoco Neil, ni Priya, ni la misteriosa organización Tenet. Es ella quien tiene el único arco narrativo satisfactorio y es el corazón emocional de la película, y es quien termina con la vida de Sator, sellando la bóveda donde se guardaría el algoritmo.


Aquí uno de los mejores ejemplos del uso del color en Tenet.


SIMBOLISMO

Por supuesto, no sería una película de Nolan si no operara en más de un nivel. El tema textual, el principal, es el de la trama, el segundo es la “no linealidad del tiempo”, y el último, el simbólico ¿Cuál es?


Como regla general, una de las formas más fáciles de entender el simbolismo en una película como esta es identificado al villano de la historia, la amenaza que representa y el objetivo que persigue. En el caso de Tenet, el villano es Sator, un oligarca ruso que puede comunicarse con el futuro. El plan de la organización a la que Sator representa es usar el algoritmo de inversión para, básicamente, destruir el pasado, sin importar lo paradójico que resulte.


De esta forma, el algoritmo es la máquina de destrucción masiva utilizada para destruir el pasado, ¿suena familiar? Tenet parece ser la respuesta de Christopher Nolan a la situación actual de la industria donde se favorece la creación de “contenido” determinado, principalmente, por un algoritmo y donde se busca, activamente, destruir el pasado. Por ejemplo, el limitado estreno en medios físicos de las películas y series “originales” de las plataformas de streaming, significa que la conservación y preservación de estos trabajos está sujeto, exclusivamente, al criterio de estas plataformas, y como su interés principal es únicamente sumar suscriptores para aumentar su valor en el mercado de valores (que es una absoluta fantasía, y no contiene un valor en sí mismo), el lanzamiento de estrenos en medios físicos -el disco en físico con la serie o película- va en contra del plan económico de estas plataformas. Disney es uno de los perpetradores principales con esta filosofía, sus lanzamientos en medios físicos son pocos y flojos, tan es así que la única forma de ver las películas de Marvel en su formato Imax Enhanced es a través de Disney+, afectando, de esta forma, su propio legado, apostando a lo inmediato, en lugar de la posteridad.


POSTERIDAD


Otro de los temas que Nolan está interesado en explorar por medio de Tenet es el de la “posteridad”, la forma de comunicarse con el futuro. Todas las acciones que realizamos, las decisiones que tomamos, informan nuestro futuro, de esta misma manera, el trabajo que realizamos nos sirve para comunicarnos directamente con el futuro. Por temas de compatibilidad, un presente cien por ciento digital representa un problema para crear trabajos que sean preservables para la posteridad. Lo mismo aplica para el cine. Christopher Nolan es uno de los cineastas más preocupados en preservar el arte de hacer cine a través de filme, por medio de cámaras análogas. La tendencia actual es grabar películas con cámaras digitales, en cuestiones de preservación esto no es lo ideal. Por eso, más allá de la calidad o de la equivalencia entre formatos digitales y análogos, una de las ventajas principales de grabar en celuloide, en filme, es la preservación del trabajo del artista.


Nolan explora el tema de la posteridad en el acto de creación de la película misma. No es secreto que Nolan tiene una predilección por el uso de efectos prácticos sobre aquellos generados por computadora (CGI). La filosofía de Nolan al respecto es bastante clara: el ojo humano es muy sofisticado y sabe distinguir entre una acción que es animada y una que es fotografiada. Es decir, nuestros ojos pueden distinguir cuando un efecto es captado en cámara y cuando es animado, con posterioridad, por medio de imágenes creadas por computadora. Lo que busca Nolan al grabar con esta filosofía es simple: la preservación de sus películas, la “posteridad”. Aquí es cuando la forma en la que Tenet está grabada toma sentido. Si el mensaje principal que la película quiere transmitir es la importancia de la preservación y la posteridad (a final de cuentas, es un mensaje guardado para la posteridad lo que salva la vida de Kat), tiene sentido el énfasis en efectos prácticos, teniendo una mayor oportunidad de resistir el paso del tiempo y que la película sea preservada para el disfrute de futuras generaciones. Por esta razón, es necesario discutir una película como esta en temas más allá de su simple narrativa, sobre todo las películas de Nolan, quien es frecuentemente acusado por poner más énfasis en la trama y diálogo expositorio que en el arte cinemático que compone sus historias.


Como es de apreciarse, Tenet a simple vista parece una película de espías y ciencia ficción, con una trama pretenciosa, pero en realidad es una película densa, que opera en múltiples niveles, plagada de simbolismo, hecha por un cineasta preocupado por conservar la experiencia cinemática y por entregarle a la audiencia el mejor tiempo posible.



Finalmente, aunque considero que no es su mejor película, y es debatible si una película es en realidad buena si requiere ser vista en múltiples ocasiones para empezar a “entenderle”, considero necesario reconocer la admirable cantidad de trabajo, dedicación y amor por el medio que Nolan puso en este proyecto. Por este motivo, aprovecho este análisis para reconocer el trabajo de Nolan, uno de los directores más cotizados que trabaja fuera de las tendencias de la industria, escribe (a veces en solitario, a veces en colaboración) los guiones de sus películas, graba en filme en cámaras Imax de 75 mm, sin una segunda unidad (en términos de blockbusters es casi inaudito), y, desde de The Dark Knight Rises en 2012, todas sus películas han sido ideas originales que no pertenecen a una franquicia, algo verdaderamente admirable.


Título original: Tenet.

Año: 2020.

Dirección: Christopher Nolan.

Guión: Christopher Nolan.

Elenco Principal: John David Washington, Elizabeth Debicki, Robert Pattinson, Kenneth Branagh, Dimple Kapadia, Himesh Patel.

Dirección de Fotografía: Hoyte Van Hoytema.

Edición: Jennifer Lame.

Diseño de Producción: Nathan Crowley.



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